El artículo a comentar se puede encontrar en el siguiente enlace:
http://www.educacionenvalores.org/spip.php?article1955
Me encanta el carácter sarcástico que está presente a lo largo de todo el artículo, salvo al final cuando realmente da a conocer su opinión real a cerca de este tema. Desde el principio me ha cautivado y espero que cause en vosotros el mismo efecto. Trata un tema que a mí me parece muy interesante, por la gran cercanía, y que parece que sólo se pone de relevancia o se atiende a él, en las fechas señaladas de venta clave de juguetes, pero a mi modo de ver nos acompaña los 365 días del año, bajo diferentes manifestaciones.
Es verdad que cuando eres pequeño no atiendes a estas cosas. Pero los mensajes subliminales que traen consigo esos “aparentes anuncios”, son de análisis preciso. Pues lo que el niño ve, le causa mucho más efecto que lo que oye, con lo cual la repetición constante, hace que se crea en ellos esa falsa dependencia, que les conduce a su impulso más inmediato. Hablar para alcanzar su objetivo y conseguir que sus padres se lo compren. Pues ellos bien saben que funcionará.
Creo que toda persona con dos dedos de frente, se ha podido percatar de lo expuesto en el artículo. Sino estará demasiado ciego o es que realmente no quiere verlo como tal, espero que los mínimos. Por tanto me resulta una pérdida de tiempo pararme a analizar, lo que claramente se ha ido desarrollando a lo largo del mismo, para llegar finalmente a la misma conclusión. Así que me centraré en exponer la gran avidez de los publicistas, para influir en esas mentes en pleno desarrollo a través, de un punto débil para ellos en esta época como es el juego. Éste se convierte en la actividad predominante de sus vidas. Concibiéndose como un espacio ficticio de libre actuación, donde se convierten en los protagonistas, se expresan y comunican representando diferentes roles. En resumidas viven por y para el juego, ya que con ello representan lo vivido pero también sus mas ocultos deseos, se relacionan con los demás niños y van aprendiendo.
Esto conduce a que los padres, se vean incapaces de negarles su juguete favorito del momento. Si lo que haría el juguete sería según esta visión, más beneficioso para su hijo que perjudicial.
Todo esto supone un medio de oposición y cuestionamiento de sus propios valores y de los que esperan transmitir a sus hijos. Pues todos quieren o por lo menos pretenden lo mejor para ellos: sea el mejor estudiante, mejor hijo, respetuoso, educado. Pero a mi modo de ver los están corrompiendo con tanto consentimiento, que favorece echando por la borda cualquier intento previo de aportarle una educación crítica.
Quizás pensáis que todo es mucho más simple, que es muy pronto todavía para considerar esto, aplicándolo a niños tan pequeños, pero una vez mas viene la equivocación. En esta época son como esponjas, receptores totales de cualquier estimulo que reciban y mas aún si éste está bien analizado (de antemano), con lo cual su atracción será mucho mayor. Sino se actúa ahora enfocándoles hacia una visión real, luego ya será demasiado tarde y estará tan asentado en ellos que el cambio de conducta en la mayoría de los casos no será posible, acarreando con ello esa “inocencia aparente”, problemas mucho más serios y graves en el futuro.
Todo esto se ve enriquecido con el trato en la escuela. Pues en la actualidad, se llenan la boca hablando de la educación para la igualdad. Pero esto entra en contradicción cuando desde pequeños, les ponemos a los niños babis azules y a las niñas rosas.
Resulta ser que en realidad en esta vida lo más difícil de todo es ser neutral, no hay cabida a la simplicidad. Sería una gran pena pero espero no perder la esperanza y confianza, aunque si todo sigue igual así será muy difícil por no decir imposible, la llegada de un cambio práctico no teórico ni utópico.
sábado, 18 de abril de 2009
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